LA MUERTE DEL SOCIALISMO EN CUBA:UN PROCESO HISTÓRICO IRREVERSIBLE
Han pasado 30 después de la caída de la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas.Esto significa que las generaciones menores de 35 años en Cuba no tienen vivencias de lo ocurrido entre 1988 y 1991: un proceso de desintegración interna del socialismo en la URSS.
En consecuencia, la desaparición del Bloque Soviético afecto de manera directa la economía y la dinámica de la sociedad cubana, que dependía fundamentalmente de las exportaciones y de la ayuda de Moscú.
El régimen de Fidel Castro tuvo que declarar el “Período Especial” para enfrentar la enorme crisis económica y la escasez de los productos básicos en la población Cubana.
Desde que el primer ministro soviético Mikhael Gorvachov había anunciado la política de apertura (Perestroika) en la URSS, Fidel Castro sabía que el desplome del socialismo era inminente y por eso formó el Foro de Sao Paulo con los partidos de izquierda de América Latina (al que actualmente pertenecen el PLD, el PRD y el PRM de la República Dominicana), para evitar que esa doctrina desapareciera en nuestra región.Diríase en lenguaje figurado que a partir de 1991, Cuba pasó a ser un enfermo en cuidados intensivos con aparatos de respiración artificial ahogándose con el bloqueo impuesto por los EEUU en 1962.
Los cubanos empezaron a pasar hambre y necesidades que no se contemplaban antes en la isla, no obstante haberse lanzado a la aventura de una “Revolución” que prometía el progreso de la nación, 32 años antes de la caída del Bloque Soviético.Gracias al triunfo electoral de Hugo Chávez, siete años después en Venezuela, el 8 de diciembre de 1998, la situación económica de la isla se alivió un poco, debido a que el líder de la “Revolución Bolivariana”, el abanderado del Socialismo del Siglo XXI en América Latina, empezó a sumunistrar petróleo y petrodólares que Cuba necesitaba para que su economía no se deteriorara por completo.
Pero era una mejoría aparente porque los problemas fundamentales de la producción en Cuba eran cada día más agudizantes. Los servicios básicos a la población se deterioraron, las ciudades se arruinaban, como si las hubierse paralizado el tiempo. El único orgullo que quedaba era la resistencia al imperialismo y los logros en la educación y la medicina, que también empezaron a perder calidad por falta de recursos financieros.
Un mesero o mesera en un restaurante turístico ganaba más que un buen médico o un buen profesor universitario en La Habana. El pueblo cubano sobrevivía medianamente, mientras los EEUU endurecían el bloqueo para forzar la disidencia y la rebelión en la isla. Pero los servicios de inteligencia policial y militar mantenían el control represivo sobre la población. Las cárceles estaban llenas de opositores, cuyos derechos eran violados.
En 1999 el presidente Bill Clinton amplió el bloqueo comercial y prohibió que subsidiarias extranjeras de empresas de los EEUU hicieran negocios con Cuba. Más aún, quería penalizar a empresas de CANADÁ que hacía tiempo negociaban con Cuba; que cesaran de “ayudar” a Cuba, decisión a la que se opuso el primer ministro Jean Chrétien, que vio la amenaza de Clinton como una injerencia en los asuntos internos del país más al norte de América.La llegada de Barak Obama a la Casa Blanca en el 2008 significó un respiro para el régimen de Castro, vigilado de cerca por la administración de George Bush a partir de la caída de las Torres Gemelas derrumbadas por extremistas islámicos de Osama Bin Laden.
Aunque Obama no eliminó el bloqueo, abrió oficina diplomática en La Habana, reabrió los vuelos a Cuba para que los exiliados pudieran viajar a visitar familiares y llevarles cantidades limitadas de alimentos y ropas. También permitió las llamadas telefónicas directas y el envío de remesas desde los EEUU, que alivió la situación económica de la mayoría de los cubanos. El gobierno de castro necesitaba dólares y recibió a Obama en un acto oficial en La Habana.
Con el triunfo electoral de partidos socialistas del Foro de Sao Paulo, en países como Brasil, Bolivia, Chile, Ecuador, Nicaragua y Uruguay, Cuba tenía la esperanza de salir de la sala de “cuidados intensivos”. Pero esos países tenían sus propias problemáticas internas que impedían ir en auxilio de los cubanos, con excepción de Venezuela, bañada en dólares debido a la nacionalización del petróleo decretada por Hugo Chávez.
En el 2006 Fidel se enfermó y delegó el mando a su hermano Raúl, por primera vez en 47 años después del triunfo de la Revolución en 1959.El nuevo mandatario, aunque más radical y represivo que su hermano, empezó una serie de reformas económicas para aliviar la situación de los cubanos, permitiendo la creación de pequeños negocios, por primera vez desde que se impuso el control del Estado sobre la economía y la propiedad privada a principio de la década de 1960. Pero eso no fue suficiente para resolver la crisis creada por la caída de la URSS.
Fidel desapareció del escenario público hasta su muerte el 25 de noviembre del 2016. Se cerraba el período de gobierno del comandante de la Revolución.Raúl continuaba abriendo ciertas válvulas de presión pero la economía no mejoraba. Las remesas y los envíos de cubanos en exilio mantenían con vida a Cuba, en cuidado intensivo.
En el 2019, Raúl Castro traspasó el mando a Miguel Díaz-Canel, quien ocupaba la primera vice presidencia de la nación desde el 2013 al 2018, y también presidente del Consejo de Estado de Cuba desde el 2018 al 2019. En abril de este año, Raúl Castro anunció su retiro como primer secretario del comité central del Partido Comunista Cubano, y el pasado 11 de junio hizo entrega formal del mando del partido a Miguel Díaz-Canel, en la celebración a puerta cerrada del VIII Congreso del PCC. Sobre este traspaso de mando publicamos un artículo el mes pasado presagiando que el fin de la Revolución era irreversible, ante la indiferencia del pueblo cubano que había perdido interés en la celebración de dicho congreso. De hecho, la mayoría del pueblo no está inscrita oficialmente en el PCC.
Las protestas del domingo no nos han tomado por sorpresa. Lo que sorprende es la rapidez con que se han producido, exactamente un mes después de la salida de Raúl que ya no tiene control sobre el gobierno y el PCC. Según se supo, la noche del domingo tomó un avión con destino a Caracas, por “asuntos de salud”.
¿No será que el zorro de Raúl Castro ha olfateado el desplome total de la Revolución como consecuencia de la decisión del pueblo cubano de poner fin el régimen comunista?
El pueblo cubano está exigiendo libertad, la renuncia del gobierno y la formación de un nuevo gobierno interino que convoque a elecciones libres para acabar con la dictadura de los Castro.El presidente Díaz-Canel ha oedenado la confrontación de los “revolucionarios”, principalmente de los comunistas, con la población civil que protesta sin armas en casi todas las ciudades de la isla. Hay represión policial, pero muchos uniformados se niegan a reprimir a su propio pueblo. Se sabe de policías que se han quitado la camisa y se han unido a las protestas populares. Se rumora un quiebre militar en las brigadas de élite que se oponen a masacrar a sus propios hermanos, según trascendió en las protestas de ayer lunes.
¿Habrá golpe de Estado en Cuba? ¿Se producirá la guerra civil? Son cartas que están sobre la mesa y no se descarta ninguna de las dos posiblidades.
Lo cierto es que las protestas del pueblo cubano continuarán a lo largo y ancho de la isla. Ya no hay marcha atrás hasta que caiga el gobierno de Miguel Díaz- Canel, escogido para pagar los platos rotos del fracaso de la revolución, que desde su triunfo sumió a la población en la pobreza. Cuba se cae a pedazos. ¿Condenará la Historia a Miguel Díaz-Canel para absolver a los Castro, quienes desde 1956 lanzaron al pueblo a la cuestionable aventura del comunismo? Los cubanos perdieron el domingo el miedo al miedo. Eso indica que las protestas pacíficas continuarán en los próximos días y pueden volverse violentas. Se nos ha informado que hoy martes, se han reanudado las protestas en su tercer día consecutivo exigiendo el fin de la dictadura.
La ira contenida ha reventado para poner fin al régimen comunista en Cuba. Será más pronto de lo que habíamos pronosticado a mediado de junio. Es posible que ese régimen caiga antes de que termine el mes como consecuencia de las continuas protestas. Quizás se desplome en esta misma semana. El proceso histórico es irreversible.
La región del Caribe está en ascuas: hay protestas en Cuba; protestas y enfrentamientos violentos en Haití; convocatoria para la protesta en la Plaza de la Bandera este domingo en la capital de República Dominicana contra el régimen de corrupción que ha continuado el gobierno del PRM y Luis Abinader.
La Historia pronto dará un giro brusco en América Latina, como un efecto de dominó por lo que habrá de ocurrir súbitamente en Cuba.
Comments (0)