Tan pronto se dio a conocer la noticia preliminar sobre el asesinato del ministro de Medioambiente Orlando Jorge Mera, surgieron las especulaciones sobre las posibles causas del homicidio.

Ya se sabe que el autor del hecho está en custodia policial para investigación y sometimiento a la Justicia. Pero aun así no especulamos sobre los motivos que lo indujeron a cometer el crimen.

¿Quiénes son los verdaderos culpables de la muerte de Orlando Jorge Mera?

Sin lugar a duda, los últimos gobiernos que hemos tenido en la República Dominicana.

Estamos viviendo en una sociedad en blanco y negro. Entre luces opacas y penumbras. Hemos perdido la capacidad de la convivencia pacífica.

Desde 1996, cuando el PLD llegó al poder con el triunfo electoral de Leonel Fernández, se abrieron las compuertas de la delincuencia y la criminalidad desde las altas esferas del Estado.

Funcionarios del gobierno (todos miembros del comité político del PLD) que empezaron a corromperse con el robo al Estado, con dinero del narcotráfico y los sobornos de empresas extranjeras. Todo esto, amparado por un régimen de impunidad.

Los jóvenes de los barrios marginados, sin empleos y desatendidos por el sistema educativo, vieron en los nuevos funcionarios delincuentes, amparados en la impunidad, el ejemplo que los lanzó a delinquir en las calles, asaltando a ciudadanos inocentes, a convertirse en sicarios o participar del narcatráfico como forma de vida.

Los valores éticos se fueron perdiendo, al tiempo que la sociedad se tornaba más violenta.

Los conflictos empezaron a resolverse con las armas en las manos o con la ley del que habla más fuerte para amedrentar. Nada más hay que ver una sesión en las cámaras del Congreso Nacional donde solo falta que las discusiones terminen a balazos.

Nada fue distinto en el gobierno de Hipólito Mejía; en los dos nuevos períodos de Leonel; en los dos gobiernos de Danilo Medina y en este gobierno de Luis Abinader en que la seguridad ciudadana se ha deteriorado y se ha salido de control.

Hemos perdido la capacidad de diálogo en la población porque los políticos no la tienen y se ultrajan entre sí.

Ya no hay respeto a la ley ni a la autoridad, porque las propias autoridades gubernamentales pasan por encima de las leyes. La violencia es la ley que impera.

No es extraño que las discusiones no terminen en la mesa del diálogo sino en un escenario de violencia y de sangre.

Las malas administraciones del PLD-FP y del PRD-M, que han llevado a la sociedad a ser más violenta, son los asesinos de Orlando Jorge Mera.