DE TRUJILLO A ABINADER EN EL MANEJO DEL ESTADO DE EMERGENCIA NACIONAL.
TRUJILLO, EL ESTADISTAEl primer estado de emergencia del gobierno de Rafael Leonidas Trujillo Molina se produjo de manera imprevista e instantánea el 3 de septiembre de 1930, con el paso del Huracán de San Zenón.A tan solo 18 días de su juramentación presidencial, el 16 de agosto de 1930, Trujillo tuvo que enfrentarse al panorama desolador del país, con la ciudad de Santo Domingo destruida casi por completo y la ruina de las plantaciones agrícolas en todas las regiones del país.
La primera medida de su gobierno fue declarar el estado de sitio militarizando la capital para evitar el pillaje.Dado que el país no tenía solvencia económica, con las aduanas intervenidas por los EEUU, Trujillo apeló a la banca internacional para un préstamo de emergencia de US$5,000,000 con el fin de reconstruir la ciudad capital y dinamizar la economía.
El Ayuntamiento de San Pedro de Macorís, en ese momento el más progresista de la nación, aprobó una resolución y puso a disposición del nuevo mandatario gran parte de sus fondos para resolver la emergencia nacional.
Otras medidas eficaces acompañaron la declaración del estado de contingencia. Entre ellas:
- 1) Reducir de diez a siete los departamentos (hoy ministerio) del gobierno.
- 2) Reducir en un 15% los empleos públicos.
- 3) Reducir un 25% a los sueldos de los empleados públicos, incluyendo los gastos del presidente.
- 4) Economizar un 25% en todos los gastos del gobierno.
- 5) Fomentar la agricultura, la construcción y las exportaciones.
- 6) Destinar fondos para la construcción de planteles escolares con el fin de elevar el nivel educativo de la población.
- 7) Consecuencia inmediata a los malversadores de los fondos públicos
Con ese préstamo mínimo, Trujillo levantó la nación. No volvio a tomar prestado a la banca extranjera y, años después, pagó la deuda externa.ABINADER, EL IMPROVISADORTras el triunfo electoral del 5 de julio del 2020, Luis Abinader y su equipo de traspaso de mando pudieron elaborar un programa mínimo de gobierno pero no lo hicieron. Por el contrario, llegaron al Palacio Nacional con todas las clases de improvisaciones.Distinto a Trujillo, Abinader se ha dedicado a solicitar prestado y en menos de 10 meses ya ha tomado más de $14 mil millones de dólares para el despilfarro.
En lugar de dinamizar la construcción y la agricultura, se ha dedicado a entregar dádivas a la población para mantener el toque de queda, que en muchos países ha sido eliminado.
El Ministerio de Educación, uno de los más privilegiados, ha invertido sumas millonarias para la compra de equipos digitalizados y de zapatos en la fracasada educación virtual.Abinader debió aprovechar la emergencia para reducir los salarios onerosos de los altos funcionarios y eliminar las “botellas”. Todo lo contrario, tanto él como sus “Popis” y sus clanes empresariales siguen disfrutando a sus anchas de los recursos del Estado, con el festival de préstamos. Trujillo fue austero frente al estado de emergencia: cero propaganda pagada en la prensa.
Trujillo dedicó el préstamo para dinamizar el país. Abinader utiliza los préstamos para propaganda y publicidad, como forma de manipular la información sobre su pésima gestión de gobierno.Mientras Trujillo congeló los precios los artículos de primera necesidad, en este gobierno de Abinader se han disparado, como una forma de imponer poco a poco la reforma fiscal el próximo año del 2022.Entre el estadista que fue Trujillo y el improvisador que es Abinader, hay una diferencia enorme, del cielo a la Tierra.
Trujillo seguirá siendo en muchos aspectos un referente histórico en el manejo de crisis nacionales, por encima de las cosas negativas que ocurrieron en su régimen, y que han sido utilizadas por sus adversarios para desprestigiarlo, sembrando el odio y la división en la sociedad dominicana.
Escrito por Francisco Reyes Guzmán
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